Hoy 28 de diciembre de 2014 se cumplen 2 meses de mi última entrada en el blog, y justo un mes de mi regreso a casa después de haber completado el Camino de Santiago y haber conseguido la Compostela.
Rebobinando... estando ya a punto de finalizar el mes de octubre aún no tenía claro si iba a volver al Camino este año. Pequeños problemas físicos y dudas que me asaltaban retardaban mi decisión. Pero mis primos Patxi y Amaia volaban el 29/10 a Barcelona con destino final Pamplona, y decidí acompañarles. Allí tomaría un tren que me llevaría a Carrión de los Condes, lugar donde 10 meses atrás había terminado mi Camino. ¡Iba a cumplir mi sueño! (o por lo menos, iba a intentarlo).
Volvía a disponer de un mes de tiempo, y tenía a mi favor la experiencia de la primera parte, y todo el material que había utilizado anteriormente (aunque, por temas de variación de peso, tuve que adquirir a última hora ropa nueva para el viaje...)
Me iba equipada con el siguiente material: unas botas goretex nuevas de unas semanas, deportivas para el descanso (el año anterior no me llevé), 2 bastones de Marcha Nórdica (antes caminaba con 1 bastón de trekking), mallas Nike de running para caminar, perfectas como 1a capa, pudiendo ponerme por encima los pantalones impermeables The North Face que tan bien me fueron el año pasado...; 1 camiseta técnica manga larga, 1 camiseta polar, forro polar, braga de lana merino, gorro de lana, 3 mudas, 2 calcetines, guantes, chaqueta Columbia impermeable y transpirable y por último, la capa Altus para ponerme por encima mío y de la mochila cuando lloviera. Neceser básico, una toalla ligera de microfibra y poco más. Al facturar la mochila vi el peso: 5.5kg. Faltaba aún el saco de dormir, que pensaba comprar en Decathlon en Pamplona, así como unos leggins que me servirían de pijama y también como muda de ropa limpia después de la ducha en el albergue.
Equipaje ligero, ilusiones renovadas y emociones entremezcladas. No había entrenado como hice un año atrás, pero iba a empezar caminando pocos kilómetros, a mi ritmo, cogiendo la forma en el Camino. Sin forzar, disfrutando del momento y la aventura. Así fue el inicio de lo que se convertiría en una de las experiencias más maravillosas de mi vida, una vivencia inolvidable e incomparable con cualquier otra cosa que me haya sucedido hasta ahora.
Os dejo un aperitivo de cómo viví mi Aventura a Santiago esta vez. Si me pidieran que resumiera en una palabra la experiencia vivida, ésta sería: FELICIDAD
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