martes, 2 de septiembre de 2014

Habrá segunda parte

¡Esta mañana mi fisioterapeuta me ha dado el alta! Hemos estado trabajando mi pierna derecha estas 2 semanas y para él ya estoy recuperada, lista para volver a andar. ¡Puedo retomar mi Aventura a Santiago!

Le contaba yo que estando en el Camino me encontré con gente que, bajo mi punto de vista, hacía verdaderas locuras. Coincidí con un peregrino con un tobillo hinchadísimo durante días que no mejoraba y seguía completando etapas de 30 y 35 km (él llegó a Finisterre); otros con unas ampollas que daba miedo sólo verlas, normalmente por haber estrenado calzado en el camino (a uno se le rompieron sus zapatillas en un día de lluvia); algún otro con sobrecargas musculares que se dopaba a diario de anti-inflamatorios y seguía avanzando….


Cuando yo veía todo este cuadro pensaba que debía ser una floja, ya que, al aparecer los primeros síntomas de tendinitis, fui bajando el ritmo y reposando algún día, lo que implicaba ir quedando atrás y dejar a buenos amigos que había hecho en el Camino.

Seguía caminando y encontrándome a gente en condiciones muchísimo peores que yo que, forzando el cuerpo, avanzaba a pesar de los síntomas y dolores que padecía, llegando incluso éstos a desaparecer con el tiempo. Entonces llegó un momento, después de haber hecho una etapa totalmente en solitario y ser la única peregrina en el albergue que me alojé, que pensé que igual tenía que aprender a ser más fuerte y andar a pesar de todo, puesto que las molestias no remitían… Así lo hice y caminé unos 30 km con dolor, lo que me mandaría al día siguiente a Urgencias, y ellos, para casa.


Carlos, mi fisioterapeuta, me ha dicho que tal vez yo me quedara a mitad del Camino y mi compañero llegara a Finisterre, pero quién sabe si a día de hoy él padece una lesión aún más grave. Por su trabajo ha conocido a gente que hace verdaderas locuras y castiga al cuerpo por alcanzar una meta. Santiago de Compostela y Finisterre estarán siempre ahí, no van a moverse del sitio. Y estoy completamente de acuerdo con él.


Yo ahora puedo y pienso volver, pero a otro ritmo y disfrutando, viviendo cada momento del Camino sin pensar únicamente en llegar. Y será este próximo otoño. ¡Habrá segunda parte de mi Aventura a Santiago!





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